La Iglesia Prioral de El Puerto

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domingo, 31 de mayo de 2015

Una mala feriante

Un comienzo fuerte en Sevilla

¡Eso es lo que queria hacer!

Este año he perdido definitivamente mi título de feriante, tentada demasiado por la emoción de una boda Española-Americana en la costa este de los EEUU (nuestros amigos Ignacio y Mati tienen un hijo, Alejandro, quien es un “Ranger” en el ejército americano y ahora un jugador para el equipo de fútbol americano los Pittsburgh Steelers, para su historia ¡pincha aquí!).   

La pareja feliz

Prevista, como muchas bodas, en el mes primaveral de mayo, coincidió exactamente con la feria de Puerto, mi feria favorita.  ¡Que decisiones!  Al final triunfó la amistad sobre mi obsesión por bailar las bulerías en la feria, y tuvimos también la bonificación de ver a mi hermana y cuñado, Suzi y Ethan, en Washington, D.C., para este mas que memorable evento nupcial—el vínculo de dos culturas y dos familias!

La que perdí--la portada de la feria del Puerto.  ¡Óle Toro!


Sin embargo, teníamos una fiesta pre-feria enormemente exitosa en nuestro palacio, incluso con los farolillos que hicieron de nuestro patio interior una mini-caseta.  Gracias a la habilidad de Enrique (el cantaor) y Jesule (el guitarrista), nuestro patio se convirtió en un remolino de baile y palmas por unas horas.

Una caseta por dentro de nuestro palacio

Ensayando para bailar en la feria

Bailando sevillanas

Un remolino de baile y diversión

Jesule y Enrique con dos buenas feriantes

Tia capta a todo el mundo

Y antes de volar para la capital de los EEUU, ¡si!  fuimos a la feria de Rota con mis primos Stephan y Kristen (que se renombraron ¡Esteban y Cristina!), quienes estaban visitándonos todo el mes de mayo.  Ellos eligieron el momento oportuno para visitar España, con todas las ferias y días especiales de la primavera. 

La discusión de la tercera sevillana

Pero tal vez lo mejor para mi era bailar con los 15 (más o menos) alumnos míos que asistieron a las clases de sevillanas que había impartido en los últimos meses.   Parece que tengo el enseñanza en mi sangre, y para mí era especialmente divertido compartir este baile estupendo tanto con los recién-llegados como con los americanos que siempre han querido aprender las sevillanas (esto va por vosotros, Lynn y Brent!). 

¡Lynn bailando las sevillanas!

¡Óle tu, Brent!
 
Un ramo de belleza
La boda era un evento de todo el fin de semana; estábamos cordialmente invitados a la cena de la noche anterior de la boda (se llama “la cena de ensayo,” que los americanos ¡siempre tienen que ensayar el espectáculo del matrimonio un día antes!).  La cena se llevó a cabo en la casa de los padres de la novia Maddy, una casa encantadora a la orilla de la bahía Chesapeake.   

Diversión en la bahia de Chesapeake

Después de la fiesta de ensayo, celebrando en el hotel

El evento principal se celebró en una iglesia bonita, estilo americano con unas damas de honor y estilo español con unas lecturas en español.  El banquete después se dio en una bodega de vinos cercana, los recién casados bailando graciosamente y con buen humor para comenzar una fiesta bien organizada, bastante divertida, y sin parar las próximas 5 horas. 

Con la novia, sus dos hermanas nuevas (Paloma y Carmen), y siempre-presente Angeline

Disfrutando con mi hermana

Yo desde luego tenía que recuperar un poco de mi tiempo perdido de la feria organizando un pequeño baile flamenco para los invitados, unas bulerías con la representación española.  Era un poco desorganizada y mal entendida, pero por lo menos, ¡un buen intento!

Bulerias en America

Una vez llegado de nuevo a Puerto, fuimos a la Feria de Caballo de Jerez, aunque el calor me hizo imposible poner un traje de gitana.  Tia y Sasha estuvieron muy populares entre los Jerezanos!

Marca aqui para ¡ver a Sasha y Tia bailando!

Jerez la mejor

Selfie de la familia


Mis primos Stephan y Kristen eran los invitados perfectos—muy agradecidos, con mucho entusiasmo, pocos problemas, divertidísimos compartir todo lo que había aprendido de este país hermoso, y listos para hacer casi cualquier cosa.  Fuimos a Algodonales para disfrutar la reconstrución de la batalla de 2 de mayo allá, un evento que ya quería ver desde los años pasados porque tenemos nuestro amigo, Alberto, ¡disfrazado como soldado francés!  Muchos del pueblo se visten como soldados o la gente del pueblo rebelde.

Mi amigo Alberto como soldado francés

Listos para luchar

¡Vienen los franceses!

Marca aquí para ver la batalla de Algodonales

Y les llevamos a mis primos también al norte hasta la provincia de Badajoz y el pueblo de Alburquerque, donde hay un pequeño hotel rural favorito con sus chozos y sus paseos en caballos alrededor del lago.  Después continuamos por Mérida y el balneario de Alange con sus aguas sanas y radioactivas, reconocidos desde unos siglos por su capacidad de curar varias enfermedades.  Mi remordimiento mas grande era no tener mi cámara cargada, ya que Todd y Stephan recibieron tratamientos faciales,¡ incluso con el gorro de baño!

Los muros antiguos del balneario de Alange

Terminamos la temporada de la feria aquí en Sanlúcar, bailando toda la noche en esta feria por el centro de la ciudad.  El próximo año seria mi ultima temporada de feria por unos años, creo, y por eso ¡estoy muy decidida a recuperar mi título de feriante!

Ignacio y Mati en pleno medio de feria