La Iglesia Prioral de El Puerto

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miércoles, 16 de septiembre de 2015

Entre amigos: Mallorca

En las islas soñando

La invitación vino a través de Facebook:  un viaje planeado por Mati y Angeline a la isla española Mallorca, unas vacaciones familiares en grupo con algunas de nuestras personas favoritas.

Mallorca majestuosa

—¿Porqué?—preguntó Todd.  —Ya habiamos estado en Mallorca, y no era tan fabulosa. —  Pero le señalé que estaríamos con Ignacio, nuestro amigo capitán piloto de Harriers de marina española, quien conoce muy bien la isla.  Además, dije a las niñas, su mejor amiga Narissa estará también.  ¡Y los niños Durkovich!  Eso era todo lo necesario para comprar los billetes. 

¿Quién podria rechazar a este grupo?

Entonces, solo unos días después de regresar de nuestro viaje a Santiago, hicimos las maletas de nuevo y salimos de nuevo hacia el aeropuerto.   El camino fue emocionante—había un accidente en la autopista que nuestro coche logró circunnavegar, pero el monovolumen con Ignacio, nuestra entrada a la residencia naval en Mallorca, estaba en un atasco de tráfico.  No estaba claro durante casi una hora si ellos iban a llegar a tiempo, pero al final ellos llegaron, y ya volamos a Mallorca. 

La pandilla de Mallorca

La isla me ha gustado la ultima vez que estuvimos aquí el año pasado, pero solamente navegamos por la costa sur.  Ignacio nos llevó a la costa nordeste de esta isla grande, hasta el puerto de Sóller.  ¡Uau!  Es un clon hermoso de St. Tropéz menos la pompa.  El pequeño puerto pintoresco, las playas municipales, y el faro nos encantaron a primera vista. 

La residencia naval está a la izquierda encima del muro del muelle

Nos quedamos en el patio de la residencia naval hasta la madrugada, disfrutando la noche veraniega.  Los hombres salieron a saltar desde el muelle hasta el mar, pero los guardias pronto les echaron fuera. 

Una suave noche veraniega mallorquina

Parece que esto está prohibido

Al día siguiente, antes de que llegara una tormenta entrante, fuimos a caminar a través de Valldemossa, un pueblo bonito con un monasterio y lindas calles sinuosas. 

Un selfie en grupo desde las calles de Valldemossa

Al regresar, una tormenta enorme completa con truenos y relámpagos sumergió la isla, inundando el aeropuerto hasta que tuvieron que cerrarlo y dándonos un impresionante espectáculo de rayos sobre el puerto de Sóller.  Algunos de nosotros estaban navegando en kayak, y subieron gateando justo a tiempo para evitar ser alcanzados por los relámpagos. 

¡Ten cuidado! Puedes ser golpeado por unos reyes

Después de una cena deliciosa de comida de India (Mati no se quejó esta vez…) en la que celebramos la selección de Alejandro, el hijo de Mati e Ignacio, por el equipo de fútbol americano los Pittsburgh Steelers, vagamos por el sendero del puerto, parando en el camino para tomar unos cócteles, y fingiendo ser los dueños de uno de los yates fabulosos atados en el muelle. 

Una noche veraniega y relajada

Con nuestro yate y nuestra bici

El sábado era soleado y templado, perfecto para ir a la playa.  La tormenta había creado unas olas enormes, por eso necesitamos un rato para encontrar una cala tranquila (¡aunque muy llena!), pero una vez allá, dimos unos suaves codazos a la gente alrededor, y reclamamos nuestro pedazo de arena. 

¡La costa llena y divertida!

Los niños se agruparon alrededor del ukulele, y era un encanto escucharlos cantando todos juntos (aunque al final Bethe hizo una petición para un descanso después de la 47.000 canción del fin de semana). 

Los jóvenes con ukulele

Pincha aquí para ver a los niños cantando, es muy divertido!

Esa tarde empaquetamos todo lo de la playa y pasamos por el pueblo de Pollença, con sus plazas sombreadas y la escalera impresionante hasta la iglesia en la cima. Subiendo la escalera, nos metimos por medio de una carrera de pie, ¡que terminó a la altura de la escalera!  Qué final tan brutal, ¡uau!   Vitoreamos a los de la carrera mientras lucharon por llegar al final, y nos alegramos de estar allá para disfrutar la vista ¡y no para correr!

Una subida laaaaaaaarga

Cenamos esta noche en un bonito restaurante italiano, donde jugaron los niños a los naipes, y los adultos se dividieron de nuevo en lado femenino y lado masculino de la mesa (¿porqué siempre occure esto?).  ¡Supongo que las mujeres son más divertidas!

Divididos entre mujeres y hombres

Aquí eran simplemente mas chicas que chicos

El domingo era un día de un buen relax.   Un grupo de nosotros fuimos al pueblo de Sóller con el tren turístico (bastante caro, pero ¿qué esperábamos?), y vagamos por las calles unas horas antes del almuerzo.

Cantando por monedas en Sóller

Todd y algunos otros querían navegar un rato.  —Sí, —  dijo Todd en el almuerzo,  —¡Si no hay reyes!—    Mati y Ignacio parecieron perplejos.  —¡Rayos, rayos!— traduje yo.  El español de Todd sigue divertiéndonos a todos con sus errores cómicos.  El resto del día lo gastamos en la playa municipal practicando un poco de gimnasia y padelsurf. 

Disfrutando la puesta del sol

Tia la gimnasta

Celebramos el cumpleaños de Bethe en nuestra ultima noche, comiendo comida de India para llevar (¿OTRA vez? preguntó Mati.  ¿Donde están las tapas?), y celebrando también nuestro bien-planeado, bastante divertido, y encantadoramente relajado viaje en grupo hacia un destino increíblemente precioso. 

Juegos de la noche 

Todos, desde los niños hasta los adultos, disfrutaron nuestro tiempo en Mallorca.  Muchísimas gracias a Ignacio y Mati por compartir esta experiencia con nosotros.  ¡¡Mira que suerte tenemos entre amigos!!

Fabricando recuerdos






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